martes, 23 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD

EL NIÑO QUE ODIA LA NAVIDAD


Había una vez un niño llamado Kevin. Kevin vive en California (EEUU) tiene 11 años es un buen estudiante, pero tiene un pequeño y a la vez importante defecto ¡ Él odia la navidad! La madre de Kevin se llama Jennifer, ella trabaja como abogada. Su padre se llama Michael, trabaja como empresario y su hermana se llama Amelia, con 5 años. Un día por la mañana, al levantarse para ir al colegio, le oyó decir a sus padres planes sobre navidad. Él entró de repente en el cuarto de sus padres y dijo: -no contéis conmigo para Navidad.
Y añadió su madre:
-No es momento de discutir, prepárate para la escuela. Hoy te llevo yo.
Papá hoy tenía el día libre y mamá trabajaba. Al volver de la escuela el mismo tema de antes ¡ Otra vez la maldita navidad! Nadie se acaba de enterar de que la odio.
Hoy nos han dado las vacaciones de navidad, y mis padres me han enviado a la cama por contestarle esta mañana y hablar mal de la Navidad.
Al día siguiente le levantaron el castigo y Kevin accedió a acompañar a sus padres a comprar algunos adornos, eso sí, refunfuñando en todo momento.
Al volver a casa adornaron todo de espumillón, bolas y luces de colores; estaba todo realmente bonito.
Kevin volvió a hacer de las suyas, dijo: - por qué nadie se acaba de enterar que odio la Navidad.
Sus padres se miraron y se entristecieron mucho.
Pensaban que al ver la casa tan bonita cambiaría de opinión, pero no fue así. Realmente Kevin tenía un grave problema. Hoy es un día especial, mamá ha traído regalos para todos, ha tenido una gratificación extra por su trabajo; queso manchego para papá que le encanta, a mi hermana Amelia una muñeca con una hucha de regalo y para mí como no, un cuento de Navidad. Parece que lo hace a propósito. Hoy llega mi tía Katia, que está a punto de tener un bebé que, como no, viene en Navidad.
¿Por qué todo tiene que suceder en Navidad? El año es muy largo.
Seguro que todos os estaréis preguntando el porqué odio la navidad; pues os lo voy a contar:
Un año me quedé toda la noche esperando a que llegara Papá Noel o los Reyes Magos. Pero todo fue una pérdida de tiempo, estaba muy cansado y tenía mucho sueño, y acabé durmiéndome. Sólo quería preguntarle…si ya que son tan fantásticos, por qué nunca me traían aquel regalo que tanto esperaba todos los años y nunca venía. Y así pasaba un año y otro año, y todo para qué, siempre es igual, nada cambiaba, me porte bien o no, saque buenas notas o no, nunca me traen lo que realmente quiero. Un perro, algo tan sencillo y siendo tan fantásticos como son, no son capaces de adivinarlo.
Pues ya sabéis amigos, por eso odio tanto la navidad.
Todo eso de reunirse la familia está muy bien pero como sabéis que el dia más esperado es el dia de Papa Noel y el día de los Reyes Magos.
Creo que este año serán otra de esas odiosas navidades, para no variar.
Ha llegado la hora de cenar, mamá está en la cocina terminando de cocinar el pavo y papá está terminando de poner la mesa.
No lo soporto, creo que voy un rato a la calle antes de aguantar la cena y a mi hermana Amelia cantando villancicos.
Toda la calle está sola, llena de luces y árboles de navidad.
- Hola Kevin, ¿qué haces?
- Y tú quién eres, te conozco?
- Tal vez
- ¿Por qué dices tal vez?
- Seguro que después de esta noche seremos buenos amigos.
Pero quiero que hagas algo por mí.
- De qué se trata, si no se nada de ti .
- Kevin quiero que vuelvas a casa a cenar con tu familia y que me prometas que esta noche no dirás que odias la Navidad.
- ¿Cómo sabes tú que odio la Navidad?
- Tú eres el que no cree en ella, pero creo que cambiarás de opinión algún día.
- Me voy pero no sé si podré hacer lo que me pides, ¿nos volveremos a ver?
- Sí, muy pronto
- ¿Muy pronto, cuándo?
- Mañana, cuando te despiertes.
- Bueno, pero no me has dicho tu nombre.
- Ya lo sabes, pero se te ha olvidado…

Kevin regresó a casa para cenar, como había prometido, pero no paraba de intentar recordar el nombre de su nuevo amigo.
Pero lo que sí, es que cada vez que pensaba en él creía de alguna forma que le resultaba algo familiar.
Terminaron de cenar y cuando llegó la hora de acostarse, no refunfuñó con el proposito de no romper lo prometido.
Cuando se levantó por la mañana y bajó a ver los regalos de navidad, cual fue su desilusión; otra vez aquel regalo que tanto esperaba no estaba allí.
Kevin pensó que aquella navidad era igual que tantas otras, pero ocurrió algo.

Llamaron a la puerta y cual fue la sorpresa de Kevin que había una pequeña caja con unas tarjeta: era un regalo para él y no estaba nadie más.
Al abrir la caja salió aquel regalo que tanto y tanto deseaba Kevin, un precioso cachorro que traia una tarjeta con él, en la que decía: Kevin tú has cumplido tu promesa y yo he cumplido tu mayor deseo.
Rápidamente recordó a su amigo lo tenía tan cerca y no lo reconoció, era la ilusión, la había perdido.

Todo cambió de repente, todo le parecía más bonito, la navidad volvía a ser la de antes.

Amigos no perdáis nunca la ilusión por la navidad, como le pasó a nuestro amigo Kevin.

No se puede perder, pero sí extraviarla, porque vive con nosotros, cuídala, tiene mucho valor… y haz que siga creciendo cada vez más en ti y en los que te rodean.

FELIZ NAVIDAD


Autora: Lorena García Cardoso
Publicado por SOFÍA FERNÁNDEZ POLO